Article originally published by the World Economic Forum, and authored by Angel Hsu, Assistant Professor of Environmental Studies, Yale-NUS College, and Kim Samuel, Founder, Samuel Centre for Social Connectedness. Translated into Spanish by Diego Manya.

Las ciudades están moldeando el futuro de nuestro planeta, y son el lugar donde un creciente número de las personas enfrentan problemas ambientales, y los retos del desarrollo sostenible.  La Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible – una hoja de ruta global para la erradicación la pobreza, la protección del planeta, y la creación de crecimiento económico compartido – tiene como Objetivo 11: Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.

¿Pero como se ve una ciudad sostenible? ¿Como podemos medir si un área urbana es gestionada de manera sostenible?, y ¿cómo podemos asegurar que la acción climática aborde las necesidades de todos los ciudadanos sin dejar a nadie atrás? A pesar de la importancia de esta meta, datos para medir el progreso en este punto aún son escasos.

El Índice de Inclusión Social y Ambiental Urbana (Urban Environment and Social Inclusion Index – UESI por sus siglas en inglés) es una herramienta de investigación pionera que busca suplir este vacío de datos. Aprovecha imágenes satelitales de alta resolución, datos de alta escala, e información socio-económica a una escala de distritos o barrios, para revelar la forma en que mas de 30 ciudades se desempeñan en la intersección de equidad ambiental y social.

Este nivel de detalle revela la forma en que los residentes de las mismas ciudades experimentan los entornos urbanos de manera bastante distinta, ayudando a los tomadores de decisión a focalizar de mejor manera futuras intervenciones. Por ejemplo, en la siguiente imagen, el distrito de la ciudad de Los Ángeles que tienen el ingreso promedio más elevado experimenta con menor intensidad el efecto Isla de Calor. Por el contrario, distritos con menores niveles de ingresos experimentan mayor intensidad del efecto Isla de Calor, lo cual pueden crear gastos adicionales, barreras a la productividad, y riesgos a la salud pública para poblaciones ya vulnerables.

Captura de pantalla del portal web del UESI comparando el nivel de Efecto Isla de Calor (UHI por sus siglas en ingles) y el ingreso promedio para los distritos de la ciudad de Los Ángeles.

En ciudades alrededor del mundo, el índice muestra que distritos con menor niveles de ingreso sufren una carga desproporcionada de factores ambientales negativos. Incluso ciudades con un particular buen desempeño ambiental tienden a compartir los factores positivos (Acceso a transporte público y espacios verdes), y los negativos (Contaminación del aire y efecto isla de calor), de manera poco equitativa.

El gráfico a continuación resume los resultados de las ciudades en estas dos dimensiones: En el eje X, el promedio del Indice de Concentración que refleja la equitatividad en la distribución condiciones ambientales, y en el eje Y la variable estandar (z-score) del nivel de Desempeño Ambiental. Se puede observar que gran parte de las ciudades se encuentran en el lado izquierdo del gráfico, indicando que ciudades con distintos niveles de desempeño ambiental se encuentran afectando desproporcionadamente a las poblaciones o distritos con menores niveles de ingresos.

Fuente: Hsu, A.,et al. (2018). 2018 Urban Environment and Social Inclusion Index. New Haven,CT: Yale University.

En otras palabras, la inequidad se mantiene como un reto para un amplio rango de ciudades. Incluso ciudades que tienen muy buenos niveles de desempeño ambiental, como Melbourne, Vancouver, Copenhague y Boston, necesitan incorporar elementos de inclusión en sus intervenciones ambientales. En ciudades como Ciudad de México o Sao Paulo, la decisión de los ciudadanos de mayores niveles de ingreso de ubicarse en el centro de la ciudad, cerca de servicios urbanos, puede exponerlos a mayores niveles de contaminación o calor urbano.Sin embargo, es importante notar que, en muchas ciudades del cuadrante inferior-derecho, donde distritos de mayores ingresos están expuestos a una mayor proporción de factores ambientales negativos, los distritos de menores ingresos siguen estando expuestos a condiciones ambientales negativas. En Beijing, por ejemplo, la presencia de contaminación del aire se encuentra presente a niveles similares para todos los niveles de ingreso, colocándose como un factor de riesgo importante para todos los ciudadanos, en particular para los de menores ingresos que pueden tener menores recursos para combatirlos.

Si bien el desempeño ambiental varía entre y dentro de cada ciudad, algunas tendencias resaltan. Un asombroso 96% de los ciudadanos viviendo en las ciudades incluidas en el estudio, respira aire que se encuentra por encima de los limites referenciales establecidos por la OMS para contaminación de material particulado fino (PM 2.5), uno de los riesgos ambientales más significativos en áreas urbanas. Estos resultados hacen eco de otros estudios donde se evidencia los altos niveles globales de exposición a contaminación atmosférica. De más de las 30 ciudades incluidas en este estudio, solo Ámsterdam, Atlanta, Barcelona, Boston, Copenhague, Melbourne,Montreal, New York, Tel Aviv, y Vancouver tienen distritos con concentraciones de PM2.5 menores a los limites mencionados anteriormente.

Fuente: Hsu, A.,et al. (2018). 2018 Urban Environment and Social Inclusion Index. New Haven,CT: Yale University. Adapted from the 2018 State of Global Air Report.

Las ciudades se encuentran también luchando en torno al Cambio Climático, un tema particularmente relevante dadas las negociaciones de diciembre en Polonia hacia la implementación del Acuerdo de Paris. El calentamiento del planeta se encuentra contribuyendo a los niveles de estrés hídrico que ya sufren muchas de las ciudades de este estudio. Por otro lado, en conjunto, las ciudades de este estudio han perdido una extensión de cobertura arbórea equivalente al de la totalidad de la ciudad de Barcelona en los últimos 15 años. No es sorprendente, que los distritos que han tenido una mayor perdida de estos espacios verdes, sean también los que han experimentado un mayor incremento en la intensidad del efecto isla de calor. Si bien la mayoría de las ciudades ha creado políticas para abordar la mitigación, adaptación y monitoreo de sus esfuerzos, algunas ciudades, como Tel Aviv, New Delhi, Casablanca y Bangalore, no cuentan aun con planes urbanos asociados a temas climáticos.

A través de un mayor nivel de transparencia y detalle, el UESI brinda una línea de base medible par las ciudades a fin de entender como están abordando – o no están abordando – las metas asociadas a un desarrollo urbano sostenible e inclusivo. Esta herramienta también busca empoderar a los ciudadanos a fin de entender la forma en que se distribuyen las condiciones ambientales en la ciudad, y defender su derecho al bienestar.Si bien hay algunos vacíos relevantes que se mantienen, como la información de residuos sólidos y reciclaje, esperamos que esta herramienta se expanda para incluir otras ciudades e indicadores, tomando ventaja de los avances en información e innovación tecnológica que hace posible inspeccionar bajo una nueva luz problemas particularmente persistentes.

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